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El mes pasado Venus hizo su unión con el sol y en resonancia con el Mito Sumerio de Inanna hemos descendido al inframundo, nos hemos encontrado con nuestras sombras más oscuras, como Inanna que se encuentra con su hermana Ereskigal y es sentenciada a muerte. 

Y quizás muchas de nosotras que estamos aquí hemos sentido estos meses, octubre- noviembre como una muerte. Como un paso oscuro. Doloroso. Intenso.

Puede que tengamos síntomas, puede que lo hayamos observado en nuestras relaciones, vínculos, en nuestro cuerpo, en nuestra energía, recursos, dinero. Todo pertenece a la misma energía del eje Tauro/Escorpio.

O puede que quizás sólo sintamos incomodidad interna, malestar, quizás aún no podemos ver con claridad, pero sentimos que hay algo que ha cambiado.

Hay una parte de nosotras que ha muerto. Hay un cambio. Velos que se caen, capas que soltamos.

Inanna es resucitada por el Galatur y el Kungarra. Hay una resurrección. Una renovación.

Venus y mercurio y el sol ya en el signo de Sagitario, el fuego de la vida, la flecha de la vida nos atraviesa. Honramos la vida, después de ver y reconocer esa parte más oscura nuestra.

Aquí siento que podemos oscilar entre dos posturas: por un lado, podemos sentirnos con prisa o la necesidad de actuar, de salir de esa zona oscura, de seguir adelante, como si nada hubiera pasado, con esa actitud demasiada optimista de Sagitario que en realidad es una evasión y por otro lado nos podemos tentar a querer darle un sentido a esas crisis a eso que hemos visto, pero en realidad nos estamos quedando con la parte teológica y sin actuar.

Desde mi punto de vista necesitamos tiempo, porque nuestro cuerpo necesita tiempo para integrar cualquier cambio. Toda crisis, muerte, transformación necesita TIEMPO. Venus en Capricornio nos recuerda eso. Nos llama a sostenernos. Sostenernos en el proceso de encuerpar nuestra Venus. Le podemos dar un significado, pero a la vez debemos hacer pasos para ir en la dirección deseada.

Siento que debemos sostener la incomodidad. Cómo cuando hacemos ásana, y los primeros segundos, las primeras respiraciones en una postura pueden sentirse incómodas, porque es un espacio que no frecuentamos, que no conocemos, luego con el pasar de las respiraciones, el cuerpo se va soltando. Se va abriendo el espacio. Nos adaptamos.

Podemos sostener esa incomodidad. Cómo me relaciono ante el dolor, el síntoma, los procesos de muerte, cambio y transformación.

Después de haber reconocido nuestra sombra ¿TENEMOS CLARO NUESTROS SÍ? ¿HACIA DÓNDE QUEREMOS IR?

Pero sabiendo que aún no estamos ahí. Que hay un proceso necesario y debemos comprometernos con ello.

En este video aquí debajo encontrarás una descripción del clima astrológico actual, de ese umbral-paso-transición de Venus-Inanna a la vida y un ejercicio de Yoga Sutil dónde ponemos movimiento y cuerpo para integrar este paso.

Ponemos voz y realizamos un decreto. Decretamos no caer en la DESVALORIZACIÓN. En no dejarnos para después, en no olvidarnos de nosotras, de nuestro cuidado y nuestra energía creativa.

Me comprometo a amarme, a valorarme, reconocerme, aceptarme, perdonarme, cuidar y valorar a diario mi energía, mis recursos, mis creaciones, mi sensualidad, sexualidad, mi voz, mis deseos.

Me comprometo a valorar, cuidar, nutrir y accionar por mis deseos genuinos del corazón.

NAMASTE.