Seleccionar página

Es una palabra que suelo utilizar mucho en las sesiones que ofrezco. ¿Y qué significa enraizarme?

Sentirnos enraizados para mí va de la mano con autosostenernos y el otro día lo mencionaba en un post. Nos habla de esa necesidad de recuperar nuestro centro, tenernos, habitarnos.

Cuando nos sentirnos en casa en nuestro propio cuerpo. En coherencia interna. Cuando nos hacernos cargo. Somos responsables, autores y creadores de nuestra vida.  Nos sentimos comprometidos con nuestro deseo y tomamos las decisiones que nos ayudan a construir, sostener y deconstruir lo que necesitamos en nuestra vida.

Fácil, fácil no es. Lo sé. Siempre hay desafíos. Para mí se trata de cuidar y alimentar cotidianamente ese equilibrio. Sucede que muchas veces no abrimos ese espacio para cuestionarnos. ¿Qué es lo que realmente deseo? ¿Qué necesito para sentirme en equilibrio? Sobre todo ¿Qué necesito soltar y transformar en mi vida para abrir espacios de cuido y equilibrio?

La realidad es cíclica y para que algo nazca, algo debe morir. Y es en esos vacíos, fértiles, dónde podemos crear, dar forma a lo nuevo. Un nuevo hábito, un nuevo proyecto, una nueva relación, nuevas formas, nuevas maneras de hacer lo mismo. Si nos encontramos llenxs, saturadxs, atragantadxs de lo que sea… antes de “hacer” necesitamos vaciarnos, conectar con nuestras raíces, con nuestra energía y nuestro cuerpo.

Cuando la cabeza no encuentra el camino o hay demasiado ruido vamos al cuerpo, a la respiración. Él siempre conoce la respuesta. 

He preparado este ejercicio de movimiento energético y respiración para movilizar la energía retenida y atascada en los chakras inferiores. Rescatamos la energía de la tierra y la ascendemos hacia toda la columna vertebral. Tomamos energía renovada y nutricia como la savia que nutre sus tallos.

Visualización guiada

Imagen: de rawpixel.com creado para freepik