Nadie nos puede negar que este año 2020 ha sido un año muy intenso y desafiante. Quizás para algunas personas mucho más retador que para otras. Depende cual haya sido tu situación particular y las herramientas disponibles para hacer frente a las adaptaciones constantes que se nos ha demandado.
Al cambiar de calendario quizás podemos conectar con una nueva energía, mirar con nuevos ojos e ilusión el año que tenemos por delante. Pero primero, y como preparativo de las celebraciones, quisiera proponerte una pequeña reflexión para que este año que hemos vivido podamos integrarlo conscientemente.
A puertas del solsticio de diciembre te propongo tomar un tiempo de reflexión para revisar lo vivido en este ciclo, utilizando la escritura terapéutica.
VALORAR
Antes de comenzar el ejercicio tómate el tiempo necesario para hacer algunas respiraciones y si te apetece acompaña este momento con tu infusión preferida o una taza de café.
En esta práctica te propongo que te tomes un momento para recordar aquellas experiencias más relevantes que has vivido en este año. Vuelca en tu libreta todo aquello que viene hacia ti. Escribe todos los eventos sin censura, deja que la escritura sea casi automática. Puede que, al inicio un evento parezca insignificante, pero nos puede contar mucho sobre nosotros mismos si nos detenemos a observarlo y releerlo entre líneas.
Puedes escribir en forma de texto, carta, mapa mental-conceptual, hacer listas, dibujar o pintar si es tu herramienta o medio preferido. Sobre todo, hazlo a tu manera, como te nazca. Lo más importante es que sea libre y que sea de utilidad para ti. Puedes abarcar tantos aspectos de tu vida como prefieras, personal, relacional, familiar, laboral, profesional y la profundidad nuevamente la decides tu.
Una vez tengas tuS ANOTACIONES simplemente obsérvalaS desde el corazón, siéntelaS.
Puede que vuelvan a ti emociones, sensaciones, quizás algunas más agradables y otras menos, dale espacio, deja que se expresen. Ahora, ya tienes un resumen de tu año. Independientemente de lo que digan las noticias, de lo que te cuenten en la cola del mercado. Esto fue lo que tu has vivido este año.
Además, si te apetece profundizar un poco más, a mí siempre me gusta ir más allá de la superficie, puedes escribir como te sientes ahora respecto a esos eventos. No cómo te has sentido, que también es importante, pero dejaremos esa revisión para otro momento, sino cómo los sientes ahora. Con la distancia, podemos ver los mismos hechos de diferente perspectiva. El tomar distancia nos permite ver y apreciar el aprendizaje de nuestra experiencia vivida.
Y de eso se trata, al menos para mí, de VALORAR. No quedarnos con una idea limitada de lo vivido, sino ir un poco más allá.
Muchas personas han perdido familiares, han perdido sus trabajos, ha habido mucha pérdida, miedo, muerte, mucha paranoia, mucho ruido mediático, control y manipulación de la información. A pesar del gran caos externo, debemos ser capaces y sobre todo en estos momentos de mantenernos más que nunca en nuestro centro. Conectar con nuestra tierra, con nuestro cuerpo, con nuestra corporalidad, con nuestra experiencia. Siendo desde nuestro centro hacia fuera y no al revés.
CULTIVAR
El elemento aire está muy presente en nosotros y se mueve a muy rápida velocidad. Además, seguirá tomando fuerza por mucho tiempo por lo que debemos aprender a convivir con él, poniéndole cuerpo, tierra y presencia. Para bajar del mundo de las ideas, de lo abstracto, mental y racional, debemos vivirlo desde el cuerpo. Hacer cuerpo las ideas, darle materia y sustancia.
Seguramente has realizado muchas veces una lista de intenciones para un nuevo año, que, al cabo de unos meses queda relegada y abandonada. Son ideas, simplemente ideas. No se materializan porqué no le damos sustancia y porqué quizás tampoco vibran con nosotros realmente.
En este momento, al iniciar un nuevo año, al cruzar este nuevo solsticio, me gusta hacer el ritual de elegir tres semillas. Palabras – conceptos. Asociadas a aquello que quieres nutrir y ver crecer en ti en este nuevo ciclo. No suelo coger más de tres para no perder el foco y dispersar la energía, tu déjate sentir, quizás puede ser una o dos.
Tómate tu tiempo para seleccionar con cuidado tus semillas.
¿Hacia dónde va ir tu energía en este nuevo ciclo? ¿Qué semillas quieres ver crecer en ti? ¿A qué cualidad necesitas darle espacio, fuerza y energía en tu vida?
Quizás necesites potenciar algo en tu familia, en tus relaciones, tu trabajo, tu profesión, o quizás una misma semilla se puede esparcir desde ti hacia todos tus espacios y roles de un modo mucho más orgánico y natural.
Déjate sentir en ti lo que necesitas realmente en estos momentos. Elige las semillas que quieres nutrir y abonar en ti en este nuevo ciclo.
Una vez hayas conectado con tus semillas, tus cualidades. Escríbelas y conecta con el corazón con ellas. Tómate el tiempo necesario para sentirlas en ti y si necesitas modificar algo hazlo.
Después, me gusta preparar la tierra, para darle espacio, abono y cuidado para poder hacer nuestra siembra.
Por ejemplo, si una de mis semillas es CALMA, ¿qué cuidados y abonos utilizaré para poder verla crecer?
Probablemente necesite mayor calma mental porqué el teletrabajo me está agobiando y tengo demasiado estrés. Por lo tanto dedicaré más tiempo a hacer mi práctica de Yoga con mayor constancia o quizás pase por reducir el uso del móvil o reducir la carga de trabajo y tareas extras si está a mi alcance. Esto es simplemente un ejemplo.
Lo que sea mientras que sea realizable y alcanzable para ti en estos momentos y nutra esa semilla que quieres ver crecer.
Te recomiendo que escribas al menos dos o tres formas de potenciar tu elección a veces cuantas más opciones disponibles es más fáciles que podamos materializar la idea y ver crecer esa semilla.
CELEBRAR
Y ahora sí para cerrar este ejercicio, te invito a CELEBRAR. Ya tienes tus semillas que te guiarán y te serán de faro para tu nuevo ciclo. Realizada esta revisión del ciclo anterior y siembra del nuevo, demos paso a la celebración.
Celebremos la vida, la tierra.
Celebremos el sol y la luna, la luz, el calor y el fuego.
Celebremos el cuerpo, la emoción de la vida, el placer de estar vivos.
Abracemos el duelo, la pérdida y la tristeza.
Celebremos las derrotas y las caídas que nos permiten crecer y madurar.
Honrar la vida, pasa por sentirnos vivos en cada momento, con sus alegrías y tristezas. Vivir la vida en integridad es poder ver la riqueza de nuestra vida. Con sus luces y sombras. Todo es un compendio en esta inmensidad que somos.
Te deseo para este nuevo ciclo mucho autocuidado, consciencia y valentía para nutrir y cuidar tus semillas.
Buen descanso, buenas celebraciones, que te llenes de ti y de los tuyos, que puedas abrazar y abrazarte, que te llenes de risas, emoción y energía para iniciar este nuevo ciclo.
Un abrazo fuerte muy fuerte.