Si visualizamos y recreamos un estado de amor y de salud, nuestro cuerpo sentirá estas mismas emociones y sensaciones.
Si realizamos inspiraciones amplias, abrimos y subimos los brazos hacia el cielo, si buscamos que nuestras piernas y pies pisen con fuerza la tierra, nos sentiremos con energía, vitalidad y confianza.
Las experiencias que tenemos, las emociones y pensamientos influyen en nuestro cuerpo y a la inversa también. Si movilizamos nuestro cuerpo nuestra mente se retroalimenta positivamente generando además un aprendizaje.
En momentos de incertidumbre el Yoga nos ayuda a alcanzar un estado de paz, calma y armonía y nos conecta con nuestra fuerza interna para sobrellevar momentos especialmente difíciles.
Por lo tanto, está en nuestras manos elegir conscientemente vibrar en la energía del amor y no del miedo.
Vibrar en el amor – Emociones y química
Sabemos que el ser humano es una perfecta unión de 5 dimensiones inseparables; cuerpo físico, energético, mental, personalidad y emociones. Debido a esto, el cambio o alteración en una de ellas tiene un impacto en las demás; en el post anterior comentaba estos conceptos.
Antes de que nuestro neocórtex, parte cognitiva del cerebro, procese las emociones que se generan en nuestro sistema límbico, asignándoles un nombre, cada célula de nuestro cuerpo ya ha recibido esa información. Los neurotransmisores, neuropéptidos y las hormonas son las encargadas, a través de un sistema químico, de conectar e interactuar el estado emocional, mental y corporal.
Nuestra corporalidad se modifica antes que podamos expresar con palabras la emoción que estamos sintiendo.
Es importante entender las emociones como una respuesta automática y reactiva de nuestro sistema ante diversos estímulos.
Es decir, no hay emociones buenas, ni malas, adecuadas o inadecuadas, estos son condicionamientos impuestos por un modelo de normas culturales. Aquí hablamos de reacciones instintivas primarias del ser humano, indispensables para la supervivencia y la relación con los otros
Debido a esto, especialmente en estos momentos de inestabilidad y ante el constaste bombardeo de información es normal que nuestro cuerpo y mente reaccionen ante estos estímulos.
Es normal sentir angustia, miedo, ansiedad, rabia, ira o cualquier grado de estas emociones y también es normal dejar de sentirlas o que cambien y se transformen con el paso de los días.
¿Cómo nos puede ayudar el Yoga momentos difíciles?
Desde mi forma de vivir y entender el Yoga creo que es fundamental, sentir las emociones en nuestro cuerpo, localizarlas, darles espacio. Quizás puedas sentirlas en el pecho, en los hombros, en la garganta, en la barriga. Cada uno tiene su propio mapa dónde se anidan estas emociones y es energía disponible que necesitamos transmutar.
La filosofía del Yoga posee muchas herramientas que aplicadas de un modo correcto nos ayudan a transitar momentos difíciles. Dependiendo de la situación individual de cada persona utilizaremos una combinación diferente de estas herramientas.
Hoy te propongo la siguiente práctica basada en técnicas de Yoga Nidra que es ante todo un sistema de meditación. En esta práctica trabajaremos en primer lugar con la respiración –prāṇāyāma-, concentración mental –dhāraṇā- , un pensamiento semilla -sankalpa– y finalmente incluiremos también un gesto con las manos – nyāsam-.
El objetivo de esta práctica es permitirnos sentir lo que está ocurriendo en nuestro cuerpo, validarlo, darle espacio y transmutar esta energía disolviendo la tensión mental. Cuando la mente se relaja, por consiguiente se relaja el cuerpo, y se desencadenan una serie de beneficios a nivel corporal y mental. Las respiraciones se vuelven más amplias y hay mayor oxigenación en el cuerpo, el sistema nervioso parasimpático se activa, disminuye el nivel de cortisol y adrenalina, se estimula el sistema inmune y la mente se vuelve más clara, entre muchos otros beneficios.
La práctica está compuesta por 5 elementos:
- Sensibilización corporal
- Recorrido por las emociones: auto-percepción, ubicación y normalización de las emociones.
- Transmutación
- Sankalpa
- Cierre
Necesitarás: un cojín, manta y un espacio tranquilo para tumbarte en el suelo sobre una esterilla o moqueta. La práctica tiene una duración de 27 minutos, aquí debajo puedes acceder al audio.