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Cuantas veces hemos necesitado parar un momento y simplemente respirar, o como se dice comúnmente ¨voy a tomar un poco de aire¨, ¨respira y cuenta hasta 10¨. En el dicho popular está la clave.

Respirar es un acto automático, que realizamos miles de veces a lo largo del día de forma inconsciente. La respiración se comanda desde el sistema nervioso autónomo, es decir, sin que nosotros realicemos una orden específica, pero lo qué si podemos hacer y en esto los Yoguis eran expertos, es respirar conscientemente.

Prāṇāyāma se puede traducir como la extensión de la respiración, aliento o prāṇa. Patajali en los Yoga Sutras la menciona como la herramienta siguiente después de āsana. Una vez dominada āsana podemos practicar Prāṇāyāma, para obtener mayor cantidad, calidad y mejor distribución de Prana en nuestro cuerpo. Pero ¿en qué aspectos nos beneficiaría?

Respirar nos ayuda a equilibrar la mente y las emociones

Respiración y mente se encuentran íntimamente ligadas, cuando una se altera la otra también, es por ello que si somos capaces de influir en una, la otra se verá modificada y beneficiada.

Sabemos que las emociones y los estados de ánimo se originan en el sistema límbico y los pensamientos en la corteza cerebral. Además, cada emoción y pensamiento se corresponde a un patrón determinado de respiración y gestos psicosomáticos, construyendo un circuito que se retroalimenta entre sí.  >> Emociones > pensamientos > estados de de ánimo > respiración > gestos posturales.

Cuando nos sentimos felices, ilusionados, vivos, nuestra respiración es amplia, equilibrada, fluida, por el contrario, cuando nos sentimos apáticos, deprimidos, ansiosos o enfadados nuestra respiración es entrecortada, limitada y prāṇa no logra circular por nuestro cuerpo libremente.

Nos acerca a un estado de samādhi: según los textos tradicionales de Yoga, la respiración consciente y especialmente la retención en vacío es la puerta hacia el samādhi. Los textos nos mencionan que cuando practicamos Prāṇāyāma el velo de la mente se va rasgando, ganando mayor claridad mental. Es decir, podemos percibir la realidad tal cual es y con esta percepción clara y real, el fin del sufrimiento duḥkha.  

Respirar de modo consciente nos ancla al momento actual

Respirar de modo consciente nos lleva a conectar con nosotros mismos, es por ello que los yoguis relacionaban prāṇa con purusha, con nuestra alma, con nuestro ser. Aquieta la mente y nos regala un estado de conexión íntima con nuestra propia esencia.

Así es como la respiración constituye un reflejo y a la vez un puente hacia nuestra mente. Es una herramienta fundamental para serenar la mente, apaciguar las emociones. Nos conecta con nuestra propia consciencia individual y divina.  

Experimenta el poder de la respiración  

Te propongo un simple ejercicio para que experimentes el poder de la respiración por ti mism@:

  • Siéntate con la columna recta, alineada, en un silla o taburete. Tómate unos instantes para conectar con tu cuerpo y tu respiración. Relajando la cara, boca, los hombros, brazos y manos.
  • Comienza a sentir tu respiración, sin intentar modificar nada, sin forzar, sin juzgar, simplemente observa.
  • Lleva una mano al pecho y la otra al bajo vientre, colócalas con ternura y permítete sentir la respiración en estas zonas de tu cuerpo.
  • Inhala y exhala por la nariz, realiza respiraciones naturales, con mucha dulzura, sin forzar tu capacidad.  
  • Siente y disfruta de tu respiración. Mantén el ejercicio el tiempo que te sea cómodo, al menos de 2 a 5 minutos.
  • Abre los ojos lentamente, colocando la mirada en un punto fijo a unos dos metros de distancia hacia el suelo.
  • Percibe los beneficios o toma conciencia si algo te ha molestado, que es lo que te ha impedido continuar el ejercicio.